28 de diciembre de 2008

Lo mejor de mi vida (My Life)

El venturoso tránsito hacia una muerte anunciada.
por Luis Arrieta Erdozain

Vivir la muerte como acción consiste en escoger de modo sabio y tolerante el envejecimiento y la enfermedad, mensajeros de nuestra condición efímera y pasajera. Rahner habla del morir como acto libre, en tanto que la muerte ‘es el fin de ese morir continuo que sucede en la vida’ y ‘morimos a lo largo de la vida hasta el fin del morir’.
María Julia Cuetos.
Ya que estamos en epoca de reflexión, renovación y buenos deseos, les recomiendo esta pelicula. En esta ocación no encontre el trailer original de la pelicula, solo este que musicalizaron pero en vdd vale la pena, les dejo una reseña de lo que pueden encontrar en ella, la vdd esta pelicula me hizo y hace reflexionar mucho, espero sea de su agrado.



Lo mejor de mi vida (My Life, 1993), opera prima y único film dirigido por Bruce Joel Rubin a la fecha, quien se ha desarrollado como guionista (lo es, también, de la película que nos ocupa) es, sin duda, un film de gran y profunda veta que no sólo impacta, sino que invita a la reflexión personal.

Como bien se sabe (aunque muchos prefieren tener dicho conocimiento no muy presente, o no tan seguido), la Muerte es la única certeza inobjetable que tiene cada ser humano desde que nace: la propia muerte que, en un lapso más breve o luengo, irremisiblemente habrá de producirse algún día, en algún momento y lugar, la mayor parte de las veces desconocidos para quien habrá de vivirla (ciertamente, por paradójico que suene, lo último que habremos de vivir es nuestra propia muerte). Algunos escritores y filósofos han apuntado que, luego de nacer, se muere un poco ya desde ese instante y cada vez más. Cada cual tiene su tiempo para ser y existir en el modo único que conocemos y, cumplido el plazo, será inconmutable la hora de nuestra hora. En esta realidad propia de nuestra humana condición mortal, se detiene Lo mejor de mi vida y, para facilitar el involucramiento en la vida del protagonista, Bruce Joel Rubin, ofrece detalle de lo sucedido treinta años antes de lo que serán los últimos meses de vida de Bob Jones (en pantalla se precisa: “Detroit, Michigan, 1963” y la película tiene por año de realización 1993, lo cual contribuye a la verosimilitud del relato. Otro detalle interesante es que el propio cineasta nació en Detroit, Michigan en 1943).


Bob niño es inteligente y con chispa, aunque retraído y fantasioso; se frustra cuando sus deseos no se cumplen o la respuesta de su familia no es como la que espera. De hecho, no se siente muy orgulloso de esta última. Él llega a externar que: “No se puede confiar en muchas cosas en el mundo”. Buena parte de su tiempo libre se la pasa encerrado en el sótano de la casa con sus muñecos y juguetes y, cuando tiene más edad, a la primera oportunidad, abandona Detroit y se desplaza a Los Angeles para iniciar una vida que busca sea una suerte de borrón y cuenta nueva a lo que ha sido su existencia hasta la fecha.
En este intento de cercenamiento de lo que ha sido, alcanza un relativo éxito, pues en solo diez años posiciona a R. A. Jones, Inc. Public Relations entre las diez mejores agencias de su tipo en la cosmopolita urbe angelina. Sin embargo, hay fisuras que son detectadas por otros de sus colegas. En una entrevista que le hacen a uno de sus colaboradores para una pieza testimonial que se desarrolla para su firma, creyendo que la cámara no está en funcionamiento, comenta off the record al videoasta a cargo que, a la par que reconoce que Bob (Michael Keaton) es encantador, ingenioso, simpático y muy poderoso, confiesa que: “Bueno, no lo conozco realmente. Es más, no sé si alguien lo conozca realmente …ni siquiera se apellida Jones, sino Ivanovich”, para luego aludir a que las cartas credenciales de estudios que refiere sobre habercursado carrera en una prestigiada universidad norteamericana son parciales en su verdad, pues sólo estudió ahí un par de semestres …
Jones conoce accidentalmente este testimonio que se constituye en el primer desmoronamiento de su aparentemente invulnerable fachada. Algo por dentro le dice que no se conoce a sí mismo, que ha venido representando una vida “de a mentiritas” con una y otra máscara sobre su rostro, situación favorecida por su oficio de publirrelacionista. En estas anda cuando, por un lado, se le informa que tiene un cáncer que, a pesar de distintos tratamientos, no sólo no cede, sino que acorta su vida a unos pocos meses más; por otro, se confirma que, también en pocos meses, nacerá su primogénito. La madeja de circunstancias capitales, aunada a la brevedad del tiempo disponible para actuar, llevan a Bob del conocimiento a la negación, de la impotencia, al enojo y de ahí a la aceptación, proceso en el cual cuenta con el solidario y amoroso apoyo de Gail, su mujer (Nicole Kidman). En la búsqueda de soluciones para evitar o postergar en lo posible el deceso anunciado, es ella quien lo invita a hacer la prueba con medicina alternativa oriental, llevándolo con el Señor Ho (Haing S. Ngoe), cuyo consultorio y proceso para la atención de sus pacientes es la antítesis de las prácticas que han hecho exitoso a Jones: se tienen que subir escaleras y no un elevador para llegar a donde atiende; el inmueble está descuidadón; la atención al paciente no es por cita a determinada hora sino conforme van llegando; además, Mr. Ho no se vale de estudios y fármacos, sino de un manejo tipo Reiki para identificar posibles causales del mal que aqueja al enfermo, ir elaborando su historia clínica y ofrecer tanto su diagnóstico como la terapia que recomienda seguir (en todo ello, escalofriantemente acertado). Al término de la consulta, Ho le dice a su paciente: “Guarda demasiado rencor; eso lo envenena. Puede despojarse de su temor; no tiene fe”. Aunque sale del lugar burlándose, Bob Jones ha experimentado algo profundo en su interior que lo hará regresar varias veces más en lo futuro.
A partir de otras conversaciones con Gail, parece claro que Bob se encerró tanto en sí mismo que, en su decisión por bloquear recuerdos, vivencias y afectos de su etapa pre-angelina, se autoblindó (incluidas su conciencia y memoria), en su afán por lograr ser quien supone que quiere ser. Sin embargo, tras aparentemente lograrlo, su entusiasmo es vano pues está muy lejos de ser sí mismo, de contactarse y aún de estar en verdadera sintonía con su propia mujer, su mejor aliada en los años recientes y hasta el momento. En nueva sesión con el sabio médico chino, se produce este diálogo esclarecedor:

-“Casarse con la bondad no basta;
debe encontrarla en sí mismo (…)
Su ira es muy profunda y muy antigua …
Sólo escuche su corazón. Si usted lo escuchara, no me necesitaría.
Su corazón le está gritando:¡ perdona!
-“¿Perdonar a quién? No tengo a quién perdonar …"


Y sí: Bob había sido un creyente que se había sentido muchas veces decepcionado conforme a su entender, por lo que había decidido después dejar de creer y sentir-sentirse, optando por convertirse en un creador de toda suerte de ilusiones, muchas de ellas huecas (de ahí su éxito profesional). En el intenso proceso que sucede a estas revelaciones sobre sí que tiene bloqueadas, Bob inicia la reconstrucción de su pasado con una visita a sus padres y tíos en la ciudad a la que, quizá hasta había jurado, no regresaría jamás, a propósito de una invitación (que no pensaba aceptar antes) para asistir a la boda de su hermano menor Paul (Bradley Whitford). Lo hace acompañado de Gail y de una cámara de video que no lo abandonará en buena parte del film. Vale la pena destacar desde ahora que este recurso (el de mostrar imágenes de la cámara de video, intercaladas con las de la película propiamente dicha, en ambos casos perfectamente distinguibles, refuerza el carácter testimonial y de cualidad existencial emprendido por Bruce Joel Rubin). Luego de saludar a su tía Sofía (en la vida real, Mamá del director de la película), pregunta a Bill Ivanovich (Michael Constantine) y a Rose (Rebecca School), sus padres, cómo era él mismo –Bob- de niño (aquí, la referencia a The Big Fish de Tim Burton, muy posterior, resulta inevitable, en lo tocante al encontronazo hijo “exitoso”-familia). Ellos le dicen que, cuando tenía diez años, se desaparecía horas enteras en el sótano para jugar con sus trenes. Su Papá apunta:

-“Nunca te veíamos.
-“Por qué? ¿Qué era lo que pasaba?
-“Pues es que, para entonces … te avergonzabas de nosotros. Nos ocultabas todo.
No traías a tus amigos a casa.
Una vez, tu Mamá fue a la escuela a ver a tu maestra … y tú fingiste no conocerla.
¡Desconocer a tu propia madre! Estuvo llorando dos días.
-“¿Qué piensas? ¿Por qué crees que hice eso?
-“Creo que tu hijo (por nacer) debe saber que su padre se sentía superior a su familia;
y que a la primera oportunidad huyó, se cambió de apellido y ya nunca volvió …
Cambias todo; huyes de todo.
-“¿Sabes? Nunca huí. Me fui. ¿Sabes por qué? Quería hacer mi vida.
-“¿No podías hacer tu vida con tu familia? Si no fuera por tu esposa y sus llamadas, estarías muerto para nosotros. Es la verdad.
-“¿Qué quieren? ¿Que llame para oír lo mismo una y otra vez? ¿Para qué? ¿Qué ser racional lo haría?
-“Quien ama a su familia, la llama.
-“A mí no me hables de amor. Me fui hace diez años a Los Angeles y no han ido una sola vez. No conocen mi negocio, ni la vida que llevo. Así que no me hables de amor”.


Tras este intenso diálogo y otro más que sostiene con su hermano Paul la víspera de su boda, cede poco a poco el orgullo de Bob, lo que le hace advertir que ha sido injusto con quienes más lo han amado. Ello le lleva a un proceso de reconciliación consigo mismo y con los demás, dando diafanidad y posibilidad de ventilación a sus sentimientos reales –ya no más maquillados-, atreviéndose y viviendo algunas cosas que antes lo atoraron (el circo en el traspatio de su casa, subirse a la montaña rusa, así como el deseo que lanza al universo –ahora sí cumplido-, en el sentido de poder vivir lo suficiente para conocer a su hijo …). Ocurre como con la frase de un archivo electrónico que conocí hace poco y a la postre resultó de broma, cuyo enunciado inicial dice: “El camino para conseguir la paz interior reside en finalizar las cosas que has comenzado”. Bob, ciertamente, va más allá, tras conocer por un ultrasonido que le practican a Gail que el hijo que esperan será varón. Desde entonces y hasta que su salud se lo permite, se empeña en dar vida a un amplio, variado y simpático legado de afecto y amor para su chaval, como una forma de presencia virtual, toda vez que la real muy en breve se extinguirá. Es su Utopía, como aquella a la que canta Serrat en su canción de título homónimo: “Sin utopía, la vida sería sólo un ensayo para la muerte”.

El Budismo Zen identifica la vida en su conjunto como una preparación para esa culminación existencial que es la muerte como tal. Y bien considerado este precepto, tiene su mucho de verdad, porque entonces se puede llegar a ese momento terminal con sosiego, paz y hasta la alegría de haber vivido una existencia útil y conveniente –para sí y los demás-, cada vez más liberada de la esclavitud de los apegos. Quizá por ello, en las sociedades contemporáneas consagradas al mero halago y consentimiento de los sentidos, a la satisfacción inmediata y al abandono de valores e ideales, a la muerte se le oculta, se le confina en grandes edificios llamados instituciones de salud, se habla poco de ella, y muchas veces se extiende innecesariamente el trecho de vida del que se va con aparatos y fármacos, con lo que logran médicos, la voraz industria farmacéutica y hospitales una última –y por demás cuantiosa- aportación económica, de su afligida familia o de las compañías de seguros: todo muy fría y asépticamente calculado. En Lo Mejor de mi vida es por demás afortunado el tratamiento que se da cuando el médico a cargo de Bob le sugiere que el tiempo que le reste lo pase en casa y no confinado en la cama de algún nosocomio. Desde la perspectiva tanatológica, resulta lo mejor, lo más acertado, pues favorece el reencuentro de afectos, la liberación de nudos interiores, del atenuamiento de fricciones que se convirtieron en traumas y cicatrices, con espacios suficientes para despedirse de sus cercanos, así como llegar al final del camino con una cosecha de amor y un legado que trasciende la vida (los videos que hace para su hijo, en forma análoga a como el señor Watanabe de Vivir de Kurosawa muere en paz, con el parque que logra se erija en lo que era un lodazal, en beneficio de los niños pobres de la zona en que se asienta y sus familias). Como se apunta, a modo de asertiva conclusión en el film: “Es duro aprender de la vida a través de la muerte”. Pero también un Don atender, entender, comprender y, de este modo, lograr trascender con señorío, cuando aún hay tiempo –por breve que éste sea- … cuando aún, pues, es oportuno.

8 de diciembre de 2008

You Had Me From Hello

"Entre el mínimo incendio de la rosa
y la máxima ausencia del lucero,
se quedó tu recuerdo prisionero
viviendo en cada ser y en cada cosa"


Por Siempre y para Siempre


Una mujer estaba sentada en un sofá, tomando té helado con su Madre.
Mientras hablaban de la vida, el matrimonio, de las responsabilidades y de las obligaciones de la edad adulta, la madre hizo sonar los cubos de hielo en su vaso fuertemente y luego miro fijamente a su hija.
'Nunca te olvides de tus hermanas' le advirtió, dando vueltas a las hojas de té en el fondo de su vaso. 'Ellas se volverán cada vez más importantes con el paso del tiempo. No importa cuánto ames a tu esposo, no importa cuánto ames a los hijos que tengas, vas a necesitarlas.
Recuerda salir con ellas siempre, hacer cosas con ellas siempre. Recuerda que cuando hablo de tus Hermanas me refiero a TODAS las mujeres ... tus amigas, tus hijas, y todas las otras mujeres que estén ligadas a ti. Las vas a necesitar. Las mujeres siempre las necesitamos.' Ella escuchó a su madre.

Mantuvo contacto con sus Hermanas y cada vez tuvo más amigas con el paso de los años. Conforme éstos fueron pasando, uno tras otro, ella fue entendiendo, gradualmente, a lo que su Madre se refería. Conforme el tiempo y la naturaleza presentan sus cambios y sus misterios en la vida de una mujer, tus verdaderas Hermanas siempre permanecen. Después de más de 40 años de vivir en este mundo, esto es lo que he aprendido:

El Tiempo pasa.
La Vida ocurre.
Las distancias separan..
Los hijos crecen...
Los trabajos van y vienen.
La pasión disminuye.
Los hombres no siempre hacen lo que se supone que deberían hacer.
El corazón se rompe.
Los padres mueren.
Los colegas olvidan los favores recibidos.
Las carreras o profesiones llegan a su fin.

PERO.........

Tus Hermanas siempre están ahí, no importa cuánto tiempo y cuántas
millas hayan entre ustedes. Una amiga nunca está demasiado lejos para llegar a ella cuando la necesitas.

Cuando tienes que caminar por un valle solitario y tengas que hacerlo por ti misma, las mujeres de tu vida, estarán alrededor del valle, alentándote, orando por ti, empujándote, interviniendo por ti, y esperándote con los brazos abiertos al final del camino..

Algunas veces, incluso romperán las reglas y caminarán a tu lado ...
O vendrán y te llevaran cargada. Amigas, hijas, abuelas, madres, hermanas, nueras, cuñadas, nietas, tías, primas, sobrinas: son una bendición en la vida!

Cada día, seguimos necesitándolas.

Hola, no se quien lea mi blog, si es que alguién lo lee... pero hoy tengo ganas de escribir algo a referencia del cuento que recien publico, en mi vida ha habído algunas mujeres importantes, la principal es la que me dió la vida, mi madre, a la cual admiro y respeto, ya que sin ella no sería lo que hoy soy, siguiendo en la lista mis hermanas y amigas... y es que las mujeres somos todo corazón, solidarias, participativas, no nos gusta ver mal a quien queremos. Podra haber desacuerdos, enojos, regaños, tiempos de espera, donde nos alejamos de las mujeres a las que queremos, pero siempre estamos ahí, para ellas.
Este escrito lo recibí de una mujer a la cual admiro, por su fortaleza, inteligencia, nobleza y corazón. Gracias Laura por considerarme dentro de ese grupo tan selecto de mujeres en tu vida... A mis amigas, hoy se los dedico, gracias, por estar siempre ahí, cuando las he necesitado. En este momento me siento algo triste, pues una de esas mujeres a la cual considero más que una amiga, se ha alejado de mi, ¿Por que? no lo sé, solo espero que ella este más que bien, que este tranquila, feliz y le digo, que siempre estaré aquí para ella.

2 de diciembre de 2008

Escape

Hoy vengo algo molesta, enojada y no se si es con el mundo o conmigo misma, uno a veces, bueno... casi siempre, supone cosas, se deja ir con lo que uno piensa o imagina y por lo general no se da tiempo para conocer la verdad.